lunes, 30 de enero de 2012

Ahora, los 5.273.600 parados ya son responsabilidad del PP


La escalofriante cifra de personas en paro registradas por la EPA es la herencia que deja el Gobierno del PSOE. Pero la herencia, al fin y al cabo, es de quien la acepta. Y ese Partido Popular que ha derrochado demagogia a raudales presumiendo de su capacidad para acabar con el desempleo debe ahora demostrarla. Desde su investidura como jefe del Gobierno, los 5.273.600 parados pesan ahora sobre la cabeza de Rajoy. Un señor de provincias que ha cobrado afición por viajar al extranjero y al que todavía no se le ha visto dar la cara en la España que socialmente se desangra.



Hilando fino, es posible que en esas aterradoras cifras del paro que detecta la Encuesta de Población Activa (EPA) alguna parte corresponda a los recortes presupuestarios efectuados en la mayoría de las Comunidades Autónomas gobernadas por el PP durante el segundo semestre del año.

En cualquier caso, sería erróneo atribuir al actual Gobierno del Partido Popular las espeluznantes cifras que arroja el desempleo en España al terminar 2011. Conforme a los usos y costumbres de la democracia, la gloria de la creación de empleo o el desdoro de su destrucción se atribuyen al equipo ministerial que estuvo en el poder durante el periodo en que estas se produjeron. En consecuencia, hasta el 20-N, y por lógica extensión hasta el final del trimestre registrado por la EPA, los 5.273.600 desempleados constituyen la peor parte de la herencia socioeconómica del gobierno presidido por Rodríguez Zapatero.

Pero a partir de ahí, la responsabilidad de disminuir esa cifra y, mientras tanto, atender a la subsistencia económica de las personas desempleadas es del gobierno a cuyo frente se encuentra Mariano Rajoy. O se supone, ya que desde el día de su investidura todavía no ha dado la cara en público, despreciando incluso a su propios votantes. Esos a los que, en su programa electoral, ofreció:

Un proyecto ilusionante en el que la generación de empleo y de oportunidades, la equidad, la movilidad social y el compromiso con el bienestar serán los elementos clave para poder afrontar juntos y con garantías de éxito las imprescindibles reformas económicas que España necesita para recuperar la senda de la prosperidad.

[...] Sólo quien confía en los ciudadanos puede generar la confianza necesaria para llevar a cabo el cambio que España necesita. Nuestro proyecto dará el protagonismo a la sociedad para liberar su potencial. La creación de empleo será la clave para que todos los ciudadanos puedan hacerse dueños de su propio futuro y de los nuevos espacios de libertad. Ese será el compromiso de nuestro gobierno.

[...] Con una clara estrategia y con visión de futuro para España superaremos la ruinosa herencia recibida. La recuperación del potencial de crecimiento de la economía española, mediante una completa agenda de reformas que modifique las estructuras económicas del país, será la tarea prioritaria de un nuevo proyecto político comprometido con el bienestar. Crecer más, y hacerlo sin desequilibrios, nos permitirá mejorar las expectativas de futuro, generar confianza e impulsar un ciclo virtuoso de crecimiento y empleo. Esto es lo que necesitan los españoles, sobre todo la generación de jóvenes que hoy están expulsados del mercado de trabajo.

Tras esa música celestial con la que el Pepe consiguió encandilar a 10.830.693 electores en los últimos comicios, una cifra superior a la de los que serían sus votantes naturales, los conservadores enseñan por fin la patita de animal depredador. Mariano Rajoy, un señor de provincias que ha cobrado una súbita afición a viajar al extranjero y al que todavía no se le ha visto dar la cara en la España que socialmente se desangra, confesaba sin pudor en fluenty spanisha un ministro finlandés que: "La reforma laboral me va a costar una huelga general".


Anticipo de la política laboral del PP: Fuerzas antidisturbios intervienen a las puertas del Ayuntamiento de Jerez con dos duras cargas para frenar las protestas de los funcionarios por los impagos de su nómina. Foto: Diario de Jerez

Esta afirmación que el presidente español hizo en Bruselas —sin ser consciente de que las cámaras de televisión estaban grabando sus palabras— demuestra que l
a reforma que el Pepe se trae entre manos no va a favorecer precisamente a los trabajadores. Sino que, en todo caso, va a deteriorar aún más las condiciones de trabajo, en línea con la famosa teoría del puercoespín que preconiza la FAES, el laboratorio de ideas precarias presidido por el ex presidente José María Aznar.

Laboratorio que, dada la cercanía familiar, le debe enviar muestras gratuitas a la esposa de Aznar, Ana Botella, alcadesa de Madrid por rebote (el cinismo de esta derecha no tiene límites). Sin ir más lejos, Botella acaba de proponer que los servicios públicos sean atendidos por voluntarios. Lo que ha dado lugar a una campaña en Actuable para que ella misma predique con el ejemplo. Porque siendo, como es, una Botella llena de dinero a rebosar gracias a sus gananciales en Famaztella, bien podría desempeñar el cargo gratis et amore, en lugar de presentarse como una Botella medio vacía de ideas lúcidas, democráticas y socialmente decorosas.



Ese poder absoluto que una mayoría electoral —que no del electorado— otorgó al Pepe ha sumido a los dirigentes populares en un estado de creciente ebriedad. Hasta el punto de que ese señor de provincias, partidario de un gobierno como Dios manda y amante del buen vino como español de bien, debía haberse pasado con el moyate. Sólo así se explica esa
chulería con que afirma que la reforma laboral "me va a costar una huelga". A Mariano, la huelga no le va a costar nada. Porque las huelgas, que no se hacen por placer o deporte, quienes las pagan de su propio bolsillo son los propios huelguistas, que han de asumir los descuentos en sus nóminas.


PS: un comentario de Iñaki Gabilondo, de 9 de febrero, viene a coincidir con lo apuntado en este artículo.







domingo, 22 de enero de 2012

Renta Básica de Ciudadanía: una idea no tan descabellada

Primero, sorprendió a sus votantes adoptando una subida de impuestos contraria a lo que defienden los propagandistas de la fe neoliberal. Luego, en una fugaz aparición en tierras galas, el desaparecido jefe del gobierno del Partido Popular, Mariano Rajoy, anunció que apoyará la tasa sobre las transacciones financieras. Todo esto ha hecho crecer, en el seno de los núcleos duros del neoconservadurismo, el temor a que en su desbocada carrera hacia el abismo izquierdista, el PePe abrace también la causa de la Renta Básica de Ciudadanía. Una propuesta que, asómbrense, no le parecía descabellada al mismísimo Friedrich Hayek.


El Gobierno del Partido Popular ha sorprendido a propios y extraños con las medidas tributarias adoptadas hasta el momento. El PePe ganó las elecciones generales del pasado 20-N presentándose con un programa que apostaba, en todo caso, por bajar impuestos. Sin embargo, la política tributaria emprendida por el Ejecutivo que preside Mariano Rajoy, aparte de fastidiar a todos aquellos cuyos ingresos provienen del trabajo, ha incendiado a los guardianes del frasco de las esencias neoliberales. En estos círculos se ha criticado ferozmente la subida de impuestos, afirmando que guarda sorprendentes similitudes con algunas de las propuestas lanzadas por Izquierda Unida (IU).

Para colmo de males, Mariano Rajoy, ha anunciado que apoyará la tasa sobre las transacciones financieras que defiende su homólogo Sarkozy. Una versión de la llamada tasa Tobin, ideada por el economista James Tobin en los años setenta, y que fue el eje inicial de la plataforma fundacional de ATTAC (Asociación por una Tasa sobre las Transacciones especulativas para Ayuda a los Ciudadanos).

Logo de Attac con el símbolo de "porcentaje" representando la tasa Tobin.

Para los medios deformativos que integran la
Brunete mediática —en acertada definición del periodista Miguel Aguilar— esta tasa es una boutade de extrema izquierda. Calificación que, a quien escribe estas líneas le hace partirse de la risa, toda vez que, por haber tenido la satisfacción y, sobre todo, el intenso trabajo de participar en los momentos fundacionales del movimiento ATTAC en España, conoce bien el percal, o mejor dicho, el perfil sociopolítico de la mayoría de sus afiliados.

Tras la patente canallada cometida al congelar el Salario Mínimo, es obvio que poner fin a la pobreza no es una aspiración del Partido Popular. No obstante, en su alocada carrera hacia el abismo izquierdista, imaginen que al PePe se le ocurriera ahora abrazar la noble idea de garantizar un ingreso mínimo a todo el mundo. Para estar preparados ante tal eventualidad recordaré a continuación algunos datos que demuestran que la idea en sí misma no es, ni descabellada ni izquierdista. Aunque entre sus defensores no faltan quienes piensan que su puesta en práctica supondría una auténtica revolución social, al remover las bases que perpetúan la desigualdad en nuestra sociedad.

La propuesta de lo que, para entendernos, se denomina Renta Básica de Ciudadanía, y cuyos ejes principales he descrito en anteriores artículos, ha ido cristalizando a través de las aportaciones de pensadores de distintas nacionalidades y épocas. Dejaré ahora el antecedente histórico que suponen las respectivas figuras de Thomas Paine y de Charles Fourier, para centrarme en lo que han dicho destacados autores del mundo contemporáneo. Sin pretender ser exhaustiva, la que sigue es una relación de las propuestas más notorias clasificadas por orden cronológico de aparición en escena.



 1889: En una conferencia pronunciada en Ginebra, el fundador de la escuela solidaria, León Bourgeois, (1851-1925), premio Nobel de la Paz en 1920, justifica la creación de un
salario mínimo existencial en la necesidad de corregir la injusticia de un sistema social que a unos les facilita ventajas —que se encuentran sin haberlas pedido— y a otros el peso de unos perjuicios de los que tampoco son responsables.

 1890: Durante esta década surgen en los Estados Unidos de América del Norte movimientos populistas y progresistas. Dentro de esta corriente, los escritores Henry George y Edward Bellamy publicaron sendos libros que se convirtieron en
bestsellers de la época, alcanzando ventas millonarias. Ambos reivindicaron que se garantizase a cada persona una seguridad económica mínima.

 1918: El filósofo, matemático y escritor Bertrand Russell (1872-1970), en
Los caminos de la libertad, un libro que acabó de escribir en abril de 1918, pocos días antes de ser encarcelado por su activismo pacifista, defendió un ingreso garantizado. Reflexionando sobre las respectivas ventajas e inconvenientes que ofrecían el socialismo y el anarquismo frente al capitalismo, al plantearse el problema práctico de los sistemas productivos afirma: "El plan que nosotros predicamos consiste esencialmente en esto: que un cierto pequeño ingreso, suficiente para las necesidades, sea asegurado a todo el mundo, trabaje o no, y que un ingreso mayor, tan elevado como la cantidad total de artículos de consumo permitiera repartir, fuera dado a aquellos que se ocupasen en algún trabajo que estuviese reconocido por la comunidad".

 1920: Clifford Hugh (
Mayor) Douglas (1879-1952) un brillante ingeniero escocés, propuso el Social Credit, o Dividendo Nacional. Douglas fue nombrado superintendente de la factoría de la Royal Air Force en Farnborough, durante la I Guerra Mundial. A partir de la experiencia adquirida en materia de producción desde este cargo, el Mayor Douglas concibió el Social Credit como una solución al desempleo. Variantes de esta idea fueron consideradas en los debates económicos y de política social del período de entreguerras, siendo defendidas por destacados economistas relacionados con John Maynard Keynes. El concepto inspiró el Canadian Social Credit Movement y la New Zealand's Social Credit Political League.

 1930: Otra modalidad de
dividendo social fue promovida por el economista y político polaco Oskar Ryszard Lange (1904-1965). Embajador en Washington y delegado de Polonia ante las Naciones Unidas, enfocó su labor teórica a la aplicación de los conceptos e instrumentos de la economía convencional a la economía marxista con un interés especial en la resolución de los problemas que planteaba la planificación socialista. Desarrolló un modelo teórico de “socialismo de mercado” basado en una planificación descentralizada. Lange promovió la idea del dividendo social como una distribución directa entre los ciudadanos de los beneficios obtenidos por las empresas estatales gestionadas por el socialismo. En su propuesta original, el dividendo debería ser proporcional a los ingresos de la persona. También el profesor James Meade defendió una forma de dividendo social o nacional.

 1932: En plena depresión económica, con unos dramáticos niveles de desempleo, Jacques Duboin (1878-1976), un antiguo banquero francés, publica
El gran relevo de los hombres por la máquina. Un libro en el que expone las bases de un ambicioso programa económico, defendiendo la creación de un ingreso igual para todos, la reducción masiva del tiempo de trabajo y la instauración de una “moneda de consumo” que hiciera imposible su acumulación. Para Duboin, “el derecho a los productos y a los servicios depende únicamente del hecho de pertenecer a la raza humana”.

 1942: Entra en vigor en el Reino Unido el Plan Beveridge, que sienta las bases del sistema británico de protección social y sus estrategias de intervención. Este plan partía de la premisa de que el sistema productivo sería capaz de suministrar pleno empleo al conjunto de la población. De forma paralela, la economista independiente Lady Juliet Rhys-Williams propugnó un “dividendo social alternativo al plan Beveridge”. Este dividendo social sería pagado a cada hombre, mujer y niño del país, evitando la discriminatoria naturaleza del plan Beveridge. Rhys-Williams argumentó que esa sería la única vía para prevenir la pobreza sin menoscabo del esfuerzo personal o la dignidad de las mujeres. Esta propuesta habría dotado a las mujeres con un ingreso independiente, con lo que las amas de casa hubieran tenido un ingreso adicional al de su esposo.

 1944: Friedrich A. Hayek (1899-1992), Nobel de Economía en 1974, publica
The Road to Serfdom (Camino de servidumbre), obra de obligada referencia para los entusiastas del neoliberalismo, en la que realiza una durísima crítica contra todo tipo de planificación económica, que en su opinión significa el fin de la libertad individual. Sin embargo, Hayek, que no sucumbe a la ingenuidad de identificar libertad económica con libertad efectiva, piensa que una sociedad que ha alcanzado un elevado nivel de riqueza, puede perfectamente ofrecer la garantía de un sustento mínimo para todos. Sin que ello ponga en peligro la libertad general. En sus propias palabras:

"Igual que la espuria “libertad económica”, y con más justicia, la seguridad económica se presenta a menudo como una indispensable condición de la libertad efectiva. Eso es, en un sentido, tan cierto como importante. [...] Será bueno contraponer desde un principio las dos clases de seguridad: la limitada, que pueden alcanzar todos y que, por consiguiente, no es un privilegio sino un legítimo objeto de deseo, y la seguridad absoluta, que en una sociedad libre no pueden lograr todos, y que no debe concederse como un privilegio —excepto en unos cuantos casos especiales, como el de la judicatura, donde una independencia completa es de extraordinaria importancia—. Estas dos clases de seguridad son: la primera, la seguridad contra una privación material grave, la certidumbre de un determinado sustento mínimo para todos, y la segunda, la seguridad de un determinado nivel de vida o de la posición que una persona o grupo disfruta en comparación con otros. O, dicho brevemente, la seguridad de un ingreso mínimo y la seguridad de aquel ingreso concreto que se supone merecido por una persona. [...] No hay motivo para que una sociedad que ha alcanzado un nivel general de riqueza como el de la nuestra, no pueda garantizar a todos esa primera clase de seguridad sin poner en peligro la libertad general".

 1948: Norbert Wiener (1894-1964), matemático estadounidense considerado ‘padre’ de la Cibernética, publica
Cybernetics or Control and Communication in the Animal and the Machine, obra en la que expone los fundamentos de las nuevas ciencias del control. Consciente de las consecuencias sociales que plantearía el desarrollo de las aplicaciones tecnológicas derivadas de la automatización, Wiener intentó advertir a gobernantes y sindicalistas sobre el conflicto entre tecnología y empleo que se avecinaba, sugiriendo la idea de compensar a los ciudadanos con algún tipo de ingreso garantizado.

 1955: El psicólogo social Erich Fromm sostuvo que muchos males de las sociedades comunistas y capitalistas desaparecerían con la introducción de un ingreso anual garantizado. “La esencia de esta idea —dice Fromm— es que todas las personas, trabajen o no, deben tener el derecho incondicional de no morir de hambre ni carecer de techo. Recibirán sólo lo que necesitan básicamente para mantenerse, pero no recibirán menos. Este derecho expresa un nuevo concepto en la actualidad, aunque es una norma muy antigua, proclamada por el cristianismo y practicada por muchas tribus ‘primitivas’:
los seres humanos tienen el derecho incondicional de vivir, sin importar si cumplen su ‘deber para con la sociedad’. Otorgamos este derecho a nuestros animales favoritos, pero no a nuestros semejantes”.

 1960: En esta década, Milton Friedman, James Tobin, Paul Samuelson, John Kenneth Galbraith y otros notables economistas, publicaron informes técnicos en torno al denominado “impuesto negativo sobre la renta”. Un mecanismo a través del cual la tarifa del impuesto sobre la renta se reduce hasta llegar a anularse cuando se aplica a las categorías de ingresos más reducidos. A partir del momento en que la tarifa es cero, se convierte en una renta conforme los ingresos van disminuyendo. En otras palabras, se define la renta mínima que necesita un individuo para satisfacer sus necesidades esenciales. Quienes obtienen ingresos por encima de ese mínimo vital pagan impuestos, y quienes no alcanzan ese mínimo reciben del Erario público una renta por el diferencial hasta igualar el mínimo vital. A instancias de algunos asesores, el presidente Richard Nixon presentó un plan de impuesto negativo que resultó aprobado en la Cámara de Representantes por dos tercios de los votos, aunque fue descalificado por la Comisión de Finanzas del Senado.

 1963: Un grupo de distinguidos científicos, economistas y académicos encabezados por J. Robert Oppenheimer, director del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Princeton, publicó en
The New York Times una carta abierta al presidente de la nación en la que advertían de los riesgos sociales derivados de la automatización. El grupo, que adoptó el nombre de Ad Hoc Committee on the Triple Revolution (cibernética, armamentística y derechos humanos), defendió con firmeza la idea de garantizar que cada ciudadano pudiera disponer de “unos adecuados ingresos como derecho inalienable”.

 1966: Influido por las preocupaciones de Wiener y del Ad Hoc Committee, el economista estadounidense Robert Theobald formuló una propuesta concreta de ingreso garantizado. Theobald argumentaba que, ante el desempleo producido por la tecnología, los seres humanos necesitarían un ingreso para poder subsistir, al tiempo que el funcionamiento de la propia economía precisaría distribuir una renta que permitiera la adquisición de los bienes producidos. Theobald propone la institución de una renta garantizada que debería percibir mensualmente cada ciudadano por el mero hecho de nacer. La cuantía de esa renta vendría fijada en función de la renta per cápita del país. La prestación se extendería a todo el mundo, sin perjuicio de que trabajase o no, siendo libre cada ciudadano para decidir si desea obtener otros ingresos ejerciendo un trabajo adicional. La contrapartida a esta pensión vitalicia se encontraría en la institución de un servicio social en el que cada uno de los perceptores estaría obligado a prestar un cierto número de horas de trabajo a la comunidad. Según Theobald:

El ingreso garantizado representa la posibilidad de poner en práctica la creencia filosófica fundamental que se ha repetido constantemente en la historia del hombre, según la cual cada individuo tiene un derecho sobre una participación mínima en la producción de la sociedad. La falta perenne de casi todas las necesidades en la vida impedían la aplicación de sus creencias hasta años recientes: la llegada de una abundancia relativa en los países ricos da al hombre el poder para llegar a las metas que permitan garantizar un nivel mínimo de vida para todos.

 1967: El interés suscitado por la idea del ingreso garantizado movió al presidente Lyndon B. Johnson a crear la National Commision on Guaranted Incomes, integrada por líderes de empresa, representantes sindicales y expertos de otros ámbitos. Al cabo de dos años de conversaciones y estudios, la comisión emitió un informe apoyando la idea del ingreso anual garantizado. Entre otras conclusiones, el informe establecía que “el desempleo o subempleo entre los pobres se debe, a menudo, a fuerzas que no pueden ser controladas por ellos mismos. Para muchos de los pobres, el deseo de trabajar puede ser intenso pero las oportunidades de realizarlo no lo son. Incluso si se mejorasen los actuales programas de asistencia pública y de bienestar, éstos serían incapaces de garantizar que todos los americanos recibiesen un ingreso adecuado. Por ello hemos recomendado la adopción de un nuevo programa de ingresos para poder suplir las necesidades de todos los americanos”.

 1972: Durante la campaña hacia la presidencia de los Estados Unidos, el senador George McGovern, aconsejado por James Tobin, incorporó a su programa electoral el
Demogrant, una variante del impuesto negativo sin demostración de recursos (means test) próximo a la idea del ingreso garantizado.

 1972: La idea del Ingreso Universal Garantizado llamó la atención del Gobierno conservador de Edward Heath en Gran Bretaña. Se manejó el esquema del crédito fiscal (
tax credit). Los subsidios personales serían reemplazadas por créditos fiscales que podrían ser hechos efectivos en metálico en ciertas circunstancias cuando excedieran las obligaciones fiscales del perceptor. Esto equivaldría a una Renta Básica para un considerable porcentaje de población. La idea quedó desechada ya que Heath no fue reelegido para continuar en el gobierno.

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Las personas interesadas en ampliar su conocimiento sobre el ingreso garantizado encontrarán cumplida información en el Observatorio de Renta Básica de Attac Madrid.




jueves, 12 de enero de 2012

De la austeridad bien entendida

"Me predicas constantemente el evangelio del ahorro y la abstención. Perfectamente. De aquí en adelante, voy a administrar mi única riqueza, la fuerza de trabajo, como un hombre ahorrativo, absteniéndome de toda necia disipación".


El Partido Popular, que extiende su égida desde el Gobierno central y a lo largo y a lo ancho de los distintos gobiernos regionales, ha anunciado ya las primeras medidas económicas. Parapetado en su bunker de la Moncloa, Mariano Rajoy ha lanzado a sus ministros a emprender, tijera en mano, la primera tanda de recortes presupuestarios. Recortes que afectan sobre todo a las capas de población más débiles. Ha congelado el salario mínimo, una medida que ni siquiera sus propios votantes ven con agrado. El PP ha efectuado una demagógica subida de las pensiones, un ridículo 1%, que en la realidad de traducirá en una bajada de la cuantía efectiva tan pronto entre en vigor el nuevo incremento del IRPF.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante la votación en el Congreso de los Diputados de la primera tanda de recortes. Foto: Gtres / E.C


Es admirable el fervor con que la derecha política, tanto española como foránea, ahora que se ha hecho con las riendas del poder, defiende la austeridad en las cuentas públicas. Una austeridad poco creíble, puesto que la aplican recortando cuanta paja ven en ojo ajeno, olvidando el desmesurado tamaño de la viga que llevan en el ojo propio.

Verán, como a otros muchos millones de españoles, a un servidor no le tienen que dar lecciones de austeridad. Llevamos la austeridad en la sangre esa legión de hombres y mujeres que tal vez no seamos demasiado virtuosos, pero austeros lo somos por definición y fuerza mayor. ¿O acaso se tiene por dispendiosos a los empleados
inframileuristas, a los pensionistas con pagas inferiores al Salario Mínimo Interprofesional canallescamente congelado? ¿Creen que los 400 euros del subsidio por desempleo permiten a sus perceptores —desempleados de corta, media y larga duración— comprarse corbatas en Loewe o bolsos de Louis Vuitton?

Sí, esos que hacen furor entre la clase política de la Comunidad Valenciana, como se deduce de la disposición de
Álvaro Pérez, el famoso "bigotes" del caso Gürtel, a comprarle un bolso de esa marca a la alcaldesa de Valencia Rita Barberá, [*]. Marca también citada en una estrofa de la enternecedora canción Somos madres, coreada en mítines valencianos del PP.

Manel Fontdevilla (Público)

Desde tierras levantinas, vamos siguiendo el curso del Sol para adentrarnos en el sosiego de las llanuras manchegas ahora gobernadas por Dolores de Cospedal, apodada
la bien pagá, por tener los mejores ingresos del elenco político español. En 2010, sus retribuciones se cifraron en 223.597 euros. Y no hay constancia hasta ahora de que se los haya recortado. Lo que sí consta, en el Diario Oficial de la región, son los 230.000 euros que se ha gastado para fijar su despacho en el Palacio de Fuensalida, recién rehabilitado.

Claro que esa cifra es una minucia comparada con la que, en nuestro viaje en la dirección del Sol, encontramos al llegar a Madrid. Donde tiene su sede Bankia, la entidad financiera heredera de una Caja de Ahorros y presidida por Rodrigo Rato, que entre otros méritos acredita haber sido un desastroso director del Fondo Monetario Internacional. Rato percibe una remuneración anual de 2,34 millones, sin contar el variable, al frente de BFA-Bankia. No olvidemos que
sin esos 4.650 millones que el Estado —nosotros, los contribuyentes— prestó a Bankia a finales de 2010, este Rodrigo no sería presidente de ningún banco, puesto que su antigua Caja Madrid y la denostada Bancaja hubieran sido intervenidos.

Uno se entera también de que la señora Botella, la nueva alcaldesa residual de Madrid, ha renovado el cargo de mayordomo particular que cuesta a las arcas municipales 37.780 euros brutos anuales. Un cargo eventual que el caprichoso e irresponsable ex alcalde Gallardón creó cuando todavía presidía la Comunidad de Madrid, incorporó al Consistorio.

Es la austeridad una virtud ampliamente predicada por distintas escuelas filosóficas, desde la estoica hasta el budismo. Bienaventurada, pues, sea la vida sencilla que nos aconsejan maestros de vida como Buda, o el Jesús del Sermón de la Montaña. Ahora bien, no confundamos austeridad con explotación, es decir, austeridad en el salario de los trabajadores para garantizar el de Rodrigo Rato.

Aquí, o jugamos todos, o se rompe la baraja. Y si lo que quiere la derecha gobernante es que seamos austeros, para los cuatro días que vamos a estar en este convento, un servidor, al menos, se ha propuesto ser de lo más austero. Tanto, que no pienso desperdiciar mi tiempo vital trabajando por cuenta ajena a precio ridículo. Y frente a tanta llamada a la austeridad, responderé con el siguiente discurso, que tomo prestado de un autor respetable.

La mercancía que te he vendido se diferencia de la restante chusma mercantil en que su uso genera valor, y valor mayor de lo que ella misma cuesta. Por eso la compraste. Pero, lo que de tu parte aparece como valorización de capital es, de la mía, gasto adicional de fuerza de trabajo. En el mercado, tú y yo conocemos sólo una ley, la del intercambio mercantil. Y el consumo de la mercancía no pertenece al vendedor que la enajena, sino al comprador que la adquiere. Te pertenece, pues, el uso de mi fuerza diaria de trabajo. Pero, por intermedio de su precio diario de venta debo reproducirla y, por consiguiente, poder venderla nuevamente. Prescindiendo del desgaste natural por la edad, etc., mañana he de estar en condiciones de trabajar en el mismo estado normal de fuerza, salud y diligencia que hoy.

Me predicas constantemente el evangelio del "ahorro" y la "abstinencia". Pues bien, voy a administrar mi única riqueza, la fuerza de trabajo, como dueño juicioso y ahorrativo de la misma, absteniéndome de todo loco derroche. Me limitaré a realizar, a transformar en movimiento, en acción, sólo aquella cantidad de trabajo que es compatible con su duración normal y desarrollo saludable. Alargando la jornada laboral sin medida, puedes en un día absorber una cantidad de mi fuerza de trabajo mayor de la que yo puedo reponer en tres días. Lo que tú ganas así en trabajo, lo pierdo yo en sustancia laboral.

La utilización de mi fuerza de trabajo y su expoliación, son cosas bien distintas [...]. Me pagas la fuerza de trabajo de un día y consumes la de tres. Esto contradice nuestro contrato y la ley del intercambio de mercancías. Exijo, por consiguiente, una jornada de trabajo de duración normal, y lo hago sin apelar a tu corazón, pues en materia de dinero los sentimientos sobran. Podrás ser un ciudadano ejemplar, miembro tal vez de la Sociedad Protectora de Animales y tener, además, fama de santo, pero el objeto que representas frente a mí no tiene corazón alguno en su pecho. Lo que parece palpitar en él son los latidos de mi propio corazón. Exijo la jornada normal de trabajo, porque demando el valor de la mercancía, como todo otro vendedor.

Con este discurso, con el que me he permitido fundamentar la sexagesimosegunda de mis 69 Razones para no trabajar demasiado, Karl Marx refutaba la denominada "abstinencia del capitalista". Teoría enunciada por
el economista inglés de la escuela clásica Nassau Willian Senior (1790-1864), que justifica la remuneración del capital como compensación del sacrificio que supone para el capitalista la renuncia temporal a su disfrute, sosteniendo que es gracias a esa abstinencia como se genera el poder adquisitivo necesario para comprar fábricas, maquinaria, equipos y materias primas. Según Nassau: "Abstenernos del goce que tenemos a nuestro alcance, proponernos resultados distantes en vez de inmediatos, son actitudes que se cuentan entre los esfuerzos más penosos que puede ejecutar la voluntad humana".

A pesar de su extrema improbabilidad, esta teoría se mantuvo intacta en el pensamiento económico durante medio siglo. Porque la abstinencia no ha sido precisamente una de las características observables en el nivel de vida ni en los hábitos adquisitivos de los grandes capitalistas. Nadie ha visto a los secuaces de Rockefeller habitando en los barrios humildes de las ciudades.


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[*]"Estoy aquí en Louis Vuitton porque hay una cosa que no habíamos pensado. Llevamos cuatro años aquí regalando a la alcaldesa y este año no voy a dejarle de regalarle algo. Luego no nos da nada. No sirve de nada, pero tampoco jode. Voy a comprar un bolso de la colección nueva y a tomar por culo. Me voy a gastar menos que el año pasado, pero se lo compro"