lunes, 12 de marzo de 2012

Donde no hay publicidad, resplandece la verdad


69.999: no es el número del Gordo de la lotería, sino la cifra registrada por el contador de páginas visitadas en este blog hasta hace un rato. Con este motivo, el escribidor del mismo desea expresar su más efusivo agradecimiento a los visitantes. Y de paso se permite una digresión personal.


Dicen que en todos los trabajos se fuma, y como este escribidor dejó de quemar tabaco hace doce años, en algo debía de entretener los trabajos y los días hasta la hora de cenar. La razón de acabar mi relación con el fumeque fue fundamentalmente política: me parecía del género tonto seguir incrementando la ganancia del gran capital a costa de mi salud. Como también política fue la razón de romper con la dependencia del trabajo asalariado, al constatar que la otra parte había roto su compromiso con el pacto social.

Por lo demás, este cuaderno electrónico no surgió del vano afán por escribir sobre lo divino y lo humano. De lo primero, no entiendo ni tampoco es cosa que me inquiete en demasía. Y por lo que a los asuntos de la humana condición respecta, hay que estar muy preparado para no decir excesivas tonterías. Pues el escribidor de este blog no nació sabelotodo ni todólogo
(*), oficios que se prodigan en los medios audiovisuales. Aunque, eso sí, de los padres que le engendraron aprendió que, al igual que el moro del romance, decir mentira está muy feo.


— ¡Abenámar, Abenámar,
moro de la morería,
el día que tú naciste
grandes señales había!
Estaba la mar en calma,
la luna estaba crecida,
moro que en tal signo nace
no debe decir mentira.
Allí respondiera el moro,
bien oiréis lo que diría:
—Yo te lo diré, señor,
aunque me cueste la vida,
porque soy hijo de un moro
y una cristiana cautiva;
siendo yo niño y muchacho
mi madre me lo decía
que mentira no dijese,
que era grande villanía:
por tanto, pregunta, rey,
que la verdad te diría.

No he consultado las efemérides para comprobar la posición de los astros en el día de mi nacimiento. Pero de lo que algo estoy seguro es que me alumbraron en una época presidida por la injusticia. He conocido la injusticia desde que tuve uso de razón. Y al día de hoy, pese a que ríos de opulencia han llevado la riqueza a los países avanzados, la injusticia en el reparto de esas aguas continúa siendo patente. Se articula, sobre todo, a través de la avería del empleo, ese artefacto que permitía la inserción social a través del trabajo. La avería no es casual, sino perfectamente orquestada por la cúspide del Establecimiento.

Y de esa avería venimos hablando desde que, un martes 17 de marzo de 2009,
escribiera las primeras líneas de esta bitácora:

"El paro constituye la principal preocupación de la ciudadanía española. Exceptuando ciertas privilegiadas minorías de los ámbitos empresarial y gubernamental, es difícil encontrar hoy una familia que no tenga alguno de sus miembros sometido por alguna forma de precariedad laboral. Cada vez hay más hogares donde, aunque todavía se vive con desahogo gracias a los ingresos de los cabezas de familia, los hijos están en paro y no encuentran un terreno sólido sobre el que asentar un proyecto de desarrollo y emancipación personal. En los casos más lacerantes, el desempleo afecta a quienes constituyen la fuente principal de ingresos, configurando una amplia gama de situaciones de pobreza y desarraigo social.


A estas alturas del experimento neoliberal iniciado hace tres décadas, la insoslayable evidencia permite anotar entre sus méritos el haber configurado un modelo de sociedad donde la gente no puede contar ya con la seguridad de un empleo fijo. En términos macroeconómicos, un millón de desempleados no es más que una cifra inscrita dentro de un conjunto general de números susceptibles de toda clase de especulaciones metafísicas. Mas quien se atreva a descender a los infiernos de la microfísica humana se encontrará con un millón de dramas personales".

Viñeta de Gayo, La Codorniz

Esas líneas son transcripción literal de los párrafos preambulares del Diccionario del paro y otras miserias de la globalización. Una herramienta destinada a desmontar (o deconstruir) esa espuria estructura discursiva con la que políticos, economistas, empresarios e ideólogos a sueldo, enmascaran la realidad del drama humano del paro. Un
término de semántica algo viscosa que designa un producto característico de la factoría capitalista global.

Este libro fue publicado en 2002, cuando el desempleo era un problema evidente. Diez años más tarde, el autor, que no va de profeta por la vida, hubiera preferido constatar que esa situación había mejorado. Pero la realidad demuestra que el paro es un hecho estructural, y la avería intencionada del artefacto del empleo es un episodio más de la lucha de clases en el que la clase empresarial ha obtenido una brillante victoria sobre la clase trabajadora.

La historia humana enseña que los pactos sociales no surgen de un impulso filantrópico, sino de la necesidad de buscar un equilibrio entre las partes enfrentadas por un conflicto. Hobbes, y de alguna manera también Locke, creían que, en el estado de naturaleza, los humanos andaban siempre en guerra permanente los unos con los otros. Y para poder vivir sin estar en permanente alerta, la razón impulsa a firmar un pacto o contrato social.

El Estado del Bienestar fue la expresión del último pacto social contemporáneo. Pero una de las partes, al sentir que su poder económico y político se reforzaba, ha perdido el miedo a la fortaleza de la otra parte y ha roto unilateralmente el pacto.

Y en esas estamos. O la mayoría social se dota de nuevas y poderosas herramientas de acción, o lo que asoma ya a la vuelta de la esquina es la explotación del humano por el humano en su peor expresión.

Este ciudadano escribidor no es un pesimista a priori. Es de los que, leyendo la historia, piensa que no hay mal que cien años dure. Aunque una mezcla de razón gramsciana y sorna manchega le lleve a puntualizar el refrán con esta apostilla: pero lo malo es si dura noventa y nueve años.

De momento, al día de hoy, coincidiendo con la llegada de la primavera, una constelación de nueves ha aparecido en el contador de este blog. Así que, como de bien nacidos es ser agradecido, quede aquí constancia de mi más efusivo agradecimiento a todas esas personas visitantes que han tenido la amabilidad de recalar en esta página.

Y ya de paso, no estará de más recordar que, en los inicios del blog, no le hicimos remilgos a permitir que Adsense, el sistema publicitario de Google, insertara publicidad en este sitio. Y así lo declaré en una nota al margen en la que advertía de que "En un entorno capitalista, sería del género tonto que el escribidor que mantiene este blog, y que no pertenece al clan de los que nadan en la abundancia, renunciara a la posibilidad de obtener unas perrillas con las que redondear su magro peculio. Sin sentir complejos por ello." Animaba de paso a los lectores a incentivar la maquinilla: "Si quieres colaborar a que el flujo monetario global destile algunas gotas en esta página, haz click en los anuncios. No hace falta que te los aprendas de memoria. Simplemente, 'pincha' en ellos. Al ciudadano Pérez le encantaría tener la oportunidad de pagar impuestos sobre las ganancias obtenidas."


Poco dura la alegría en casa del pobre. El 01/07/09, recibí un correo-e del siguiente y literal tenor:

Google AdSense adsense-adclicks-es-noreply@google.com

para usuario
Estimado/a :

Al revisar nuestros datos, hemos detectado que su cuenta de AdSense ha supuesto un peligro importante para nuestros anunciantes de AdWords. Dada la posibilidad de que el mantenimiento de su cuenta en nuestra red de editores perjudique económicamente a los anunciantes en el futuro, hemos decidido inhabilitarla.

Consideramos que esta medida es necesaria para proteger los intereses de los anunciantes y los de los demás editores de AdSense. Somos conscientes de que esta situación puede causarle molestias, por lo que agradecemos de antemano su comprensión y cooperación.

Si tiene alguna pregunta sobre su cuenta o las acciones que hemos realizado, no conteste a este mensaje.

Atentamente,

El equipo AdSense de Google

¡Hemos detectado que su cuenta de AdSense ha supuesto un peligro importante para nuestros anunciantes de AdWords! Vaya una cosa. ¿Tendría algo que ver con ese sentimiento de peligro para los anunciantes el artículo que casualmente acaba de publicar (10/6/2009? bajo el título Castigar a los banqueros, no a los trabajadores.

Dicho artículo recordaba que, en plena época de bonanza de los negocios, cuando nadie preveía la actual crisis, el economista canadiense John Kenneth Galbraith ya propuso una singular idea: que los gobiernos, en caso de dificultades, deberían castigar a los banqueros, no a los trabajadores. Un lema que la ciudadanía debería tener en cuenta a la hora de juzgar a sus dirigentes.

Así que, como afirmaba uno de los teoremas del hoy desaparecido semanario La Codorniz: donde no hay publicidad, resplandece la verdad.
)

Me quitaron la publicidad antes de que pudiera cobrar algún céntimo, pero me dejaron intacta la libertad de decir la verdad. Al menos, la verdad en la que yo creo: que si algo debemos combatir hasta la muerte es la injusticia.

_____________________________

(*) todólogo, ga.

1. m. y f. despect. coloq. El Salv. y Hond. Persona que cree saber y dominar varias especialidades.










17 comentarios:

  1. Yo me añegro de haber encontrado este blog hace ya tiempo, es un auténtico soplo de aire fresco entre tanto machaqueo hipercapitalista. En cuanto a Google no estoy muy al día de cómo son sus directrices y normativas, pero creo que prohíbe al webmaster o bloguero que inserta Adsense animar a sus visitantes a clicar dicha publicidad.

    Un saludo y a seguir en la brecha.

    (Breve postdata quisquillosa: en la séptima línea del segundo párrafo de este artículo se lee "audiovisules" en vez de "audiovisuales").

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    1. Agradecido por sus comentarios y, cómo no, por su quisquillosa observación. Que paso a corregir de inmediato. Saludos

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  2. 111 visitantes después de tu post, habría que decir que si Carnet de paro no existiera, habría que inventarlo. Lo que aquí se cuenta y cómo se cuenta, hoy por hoy no está ni dicho ni escribido en cualesquiera otra parte.
    Salud, colega y que la libertad de expresión, esa de la que la Pepa hablaba y que el Borbón felón acabó con ella por dos veces (cuestión que parecen haber ignorado los discursos grandilocuentes y vacíos de ayer en Cádiz), te sea y nos sea propicia. Aunque les pese a los del gúguel ese.

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    1. Mejoraría este invento si aprendiera del Pobrecito Veedor a relatar de forma más concisa, aplicándome el consejo de Gracián: Lo bueno, si breve... etc. Salud y gracias por darte una vuelta por aquí.

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  3. Lo que no saben estos inconscientes es que tan solo pueden quitarnos la publicidad e incluso la cartera, nunca podrán quitarte la palabra y las ideas. Y de eso se trata de que sigas peleando con tu letra contra la injusticia.
    Yo tambien tengo una pequeña postdata de ignorante. Qué es una razón "gramsciana" que mezclas con sorna murciana.
    Así que ya sabes, leña pal mono que es de goma y no se queja.
    Gracias y ánimo.
    Delfin

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    1. Aludía Gramsci al dilema que hemos de resolver a la hora de actuar: el que enfrenta el pesimismo de la razón con el optimismo de la voluntad. De ahí la pesimista apostilla al optimista refrán, efectuada a la manera sanchopanzesca, que no en vano corre en mis venas un flujo de sangre manchega (que no murciana.Salud

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  4. Hace ya muchos años, los jornaleros del campo se veían obligados a vender su voto al cacique del lugar obligados por la miseria. Hoy, ese voto no se vende, se regala a los testaferros de los modernos caciques. No se termina de entender que trabajadores y jóvenes se empeñen en votar a quienes les roban su presente y su porvenir. Esa es la realidad que no invita al optimismo ciertamente.
    Por otro lado tenemos ciertos ejemplos de gentes que incansablemente ejercen una labor pedagógica con la intención de eliminar el síndrome de Estocolmo que atenaza a una buena parte de una ciudadanía que se resiste a ejercer como tal. Uno de esos ejemplos es el presente blog del Cive Pérez, un tipo peligroso para el sistema, por lo que se ve, pero cuyos artículos y libros nos hacen pensar que no todo está perdido. Así que abajo con el pesimismo.
    A la salud de Gramsci.

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    1. Bien dicho Unodetantos: A la salud de Gramsci y de su llamamiento a superar con la voluntad el pesimismo que inspira la realidad. Y salud para que seamos muchos los que, convirtiéndonos en un peligro para el sistema, constituyamos una esperanza para la salvación de nuestras vidas aquí y ahora, en esta Tierra. Que del más allá, se salve quien lo entienda

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  5. Hace tiempo que no nos vemos, pero voy y vengo siempre a refrescar la faz, polvorienta del camino que hollan los medios y los enteros, y enteraos, en la fuente grata de este patio de umbría y solaz en plena década de canícula -y si sólo fuesen nueve años-.

    ¡Salud y III República, ciudadano Pérez!

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    1. Y si sólo fuesen nueve años los que hubiera que esperar para instaurar la III, aguantaría gustoso regar este patio de umbría, amigo Félix. Mientras tanto, y para amenizar la espera, recomiendo Así que pasen cinco años

      http://www.ucm.es/info/especulo/numero26/lorca.html

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  6. Gramsci dijo eso...y se murió poc después. Estoy pesimista.Quizás más que usted.Y visto que van a ganar en Andalucía, que en Grecia no ha servido de nada las movilizaciones, ni las huelgas, porque en las elecciones ganará el partido de derechas....votan al PP, aquí, en Francia, en Portugal, en Grecia...así que siento lo de la publicidad,en serio.Y más siento que un escritor como usted tenga que ser penalizado...y ojalá que todo esto sea una mala pesadilla.
    Salud, manchego y que no vivan las caenas más de 99 años.

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    1. Uno no se siente penalizado mientras reciba el apoyo de lectores como los que están dejando sus comentarios en esta página. Salud

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  7. Enhorabuena, Ciudadano. Siga usted manteniendo su peligrosa lucidez para el beneficio de la gente de bien.

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    1. Muchas gracias, intento hacer gimnasia de mantenimiento para seguir practicando estos deportes de riesgo.

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  8. Decía una de mis abuelas, que algo de manchego debía de tener: que cuando la mierda valiera algo, los pobres naceríamos sin culo. Hoy día con este sistema económico naceríamos sin él pero nos seguirían obligando a comprar papel. Soy de los que piensan, que conforme se nos recortan los derechos ciudadanos solo nos queda el de consumidor, podemos negar el consumo a ciertos productos y a empresarios bien conocidos. ¿Es por eso por lo que nos castigan con el paro, para quitarnos el resto de poder que nos queda? ¿Es por eso por lo que cada día más gente cobra en especies: cheque comidas, cheques guardería, coche de empresa etc., con lo que se evita pagar impuestos al que debería ser un estado protector, debilitándolo, y asegurando al empresario/sistema que el consumo, que es su supervivencia y poder se realiza a su favor mientras sigue manteniendo en sus manos el verdadero dinero, no el de monopoly en forma de cheques "regalo" con el que paga ahora y por tanto el poder.
    Gracias amigo civeperez, por tu claridad que nos ayuda a la nuestra. Y que podamos celebrar otros 70000 lectores mas sin tener miedo a la nieve que pueda caer o a una cisterna mal cerrada.

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    1. En relación con el consumo, he visto alguna campaña un tanto naíf que aconseja comprar productos españoles. Pero cuando comienza a asociar el producto con el pensamiento de sus fabricantes, la verdad es que entran ganas de consumir sólo made in Senegal. Y celebraremos lo que haya que celebrar sin miedo a nieves.

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  9. FELICIDADES... por tu tercer cumpleaños bloguil.
    Y también por el resultado de las elecciones andaluzas que, contra los pronósticos que dábamos por buenos, ha resultado favorable a IU, gracias a quien gobernará el psoe en Andalucía.
    Besos: PAQUITA

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